Siguiendo nuestro linaje hotelero, «El Alaska» abre de nuevo sus puertas encantado de ofrecer cuatro acogedores y cómodos dormitorios, un amplio salón-comedor y cocina.

Su decoración evoca el incalculable valor de la Naturaleza, invitándonos a cuidar los espacios y a recordar las maravillas y misterios de la Tierra y el Cielo.

Con el propósito de que nuestrs huéspedes se sientan tranquils y segurs hemos reducido un 33 % nuestra ocupación y extremado nuestro protocolo de desinfección:

  • Encontrarás tu habitación y baño desinfectados y recién ozonizados
  • Asignaremos juntas tu espacio privado en el salón y tu horario de cocina
  • Dejamos los zapatos en la entrada que da acceso a las habitaciones, tienes a tu disposición zapatillas desinfectadas
  • Desinfección frecuente de superficie, enjabonado constante de manos y guantes y lavado diario de mascarillas y ropa

Aquí encontrarás el manual que seguimos para disfrutar de la convivencia.

Casa Alaska, el tercero de la saga

Corre el año 1953 cuando el primer Alaska ve la luz. Regentado por mi madre y sus hermanas, pronto se convierte en un lugar de obligado paso tanto para viajantes, viajers y turistas de la época como para habitantes de la localidad y personas de negocios que buscaban buena comida, una copa o charlar un rato.

Ante el incesante trasiego de huéspedes comienza pocos años más tarde la construcción del Hotel Alaska que -con capacidad para alojar a algo más de un centenar de personas- abría sus puertas en 1963.

Situado en pleno bosque de robles americanos, atravesado por un río donde vivían cangrejos y peces, contaba con amplios jardines, granja, columpios y piscina sin cloro.

La gran diversidad de espacios también en su interior, desde las salas de máquinas hasta los desvanes, los largos corredores con habitaciones a cada lado, sus salones, su enorme chimenea y por supuesto su deliciosa cocina y buen servicio, hicieron de él un lugar emblemático.

Con la llegada de la autovía A-1 en los años ochenta la antigua carretera pierde su tránsito y después de más de dos décadas de mucho trabajo, ambos Alaskas cierran sus puertas.

Llega ahora el relevo generacional y en el mismo edificio del primer hostal, nace el tercero de la saga en forma de Casa de Huéspedes.